“Cuando tuve que diseñar el parque de mi casa, hice varias entrevistas y nada me convencía”, contó Maru, “hasta que un día Lucía Cané (mi amiga y directora de la revista Jardín) me regaló el libro de Clara”. No sólo le gustó el estilo sino que se sintió muy identificada: hay muchos que hasta opinan que se parecen física y anímicamente.
Luego de varias charlas y de compartir lindos momentos, comenzó el trabajo, que, como en una receta, aquí lo relatamos paso a paso.
Antes de empezar
Al diseñar un jardín deben tenerse en cuenta varios factores: la orientación, el clima, el suelo, la arquitectura (en este caso provenzal) y, sobre todas las cosas, quiénes lo habitarán y el tiempo y recursos que se le puede dedicar a su mantenimiento. Con esa información se va armando un proyecto que contemple las necesidades y gustos particulares de quienes lo disfrutarán.
Antes de definir la plantación es bueno mirar jardines, sacar fotos y tomar notas de combinaciones que nos gusten. Cuando se arman canteros es conveniente usar plantas con las mismas necesidades de sol, suelo y agua para facilitar el mantenimiento.
Definir los sectores
Crear un lugar donde los chicos (¡muchos!) tuvieran un espacio para correr, una pileta con dimensiones cómodas pero al mismo tiempo proporcionada al espacio real de la casa y del jardín, y canteros con flores que alegren las visuales de la casa, que armen rincones agradables para estar afuera y que inviten a recorrer el jardín. Para los canteros se eligieron rosas Iceberg, que florecen desde octubre hasta junio y son muy fáciles de cuidar; salvias ‘Gregii’ blanca y ‘Purple Majesty’, que florecen casi todo el año.
La huerta, por supuesto, no podía faltar. Esta se construyó sobre canteros elevados para que fuera más cómoda y fácil de cuidar. Se ubicó cerca de la casa para que estuviera bien a mano. También se plantó un limonero, recuerdo de la infancia de Maru, y debajo de éste dos canteros de aromáticas, que crean un segundo sector de la huerta.
Crear un sector de sombra, que en este caso ya existía gracias a una casuarina que esta en el jardín. Allí Maru puso una imagen de la Virgen y se armó un rincón muy agradable para sentarse y ver el jardín desde otra perspectiva.
También se creó un pasillo lateral, revalorizado con un caminito de granza, muchos jazmines -sus flores sirven para corte-, calas y helechos. La granza es un material blando y fácil de colocar, y en los lugares de mucha circulación evita la formación de barro.
Tareas de mantenimiento
Los cuidados básicos son el corte del césped una vez por semana, y la limpieza de las palanganas u ollas de las plantas para que la bordeadora no lastime sus cuellos.
A las rosas hay que cortarle sus flores marchitas para que florezcan continuamente y pulverizarse cada tanto cuando atacan los pulgones o algún hongo.
Las salvias deben podarse sólo dos veces: la primera en enero (se podan a la mitad de su altura para que vuelvan a florecer más compactas y prolijas hacia fin del verano) y la segunda en agosto, al ras.
A la huerta hay que regarla diariamente -es fundamental tener acceso a mangueras cerca- y asegurarse un buen drenaje, que se logra más fácilmente al ser elevada. Por supuesto que hay que quitar constantemente la maleza y rotar las plantaciones.
Fuente: Revista Jardín